Nunca antes me habían llamado para el reconocimiento de un cuerpo. Pensé que eso sólo pasaba en las películas que me gusta ver. Pero me tocó y tuve que ir y entré en la morgue y reconocí su cuerpo aunque tenía la cara desfigurada, reconocí sus manos y me dejaron todas sus pertenencias.
Transcribiré el último texto escrito en su cuaderno rojo, que escribió esa noche, justo antes de ser atropellado:
Estás del otro lado de calle. Te estoy mirando. Pero vos no me ves a mí y ni siquiera es que estoy oculto detrás de un auto. Estoy de pie y no me ves. Te veo reírte con él. Es que no te estoy siguiendo, vos me habías citado acá y vine a esperarte, pero llegué y te encontré con otro y yo quedé fuera de lugar y sé que sobro acá y entonces me voy y escribo caminando como me gusta escribir, tengo buen pulso para escribir moviéndome, pero miro atrás por si se te ocurre verme, pero no me ves así que cruzo la calle para alejarme y pienso que
El texto termina ahí. Se ve que en ese momento fue atropellado por el tren de la alegría, que tenía como destino un boliche y una fiesta de egresados. Leí la declaración del chofer y la de un tipo que estaba vestido de Spiderman, y no pude más que sentirme triste. Siempre detesté esos trenes. Sabía que él también los detestaba. Me quedé con su anotador y un box de Gitanes, le quedaban 2, así que fumamos uno cada uno ahí en la morgue. No se podía fumar, pero no creo que a ningún muerto le haya molestado.
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http://www.youtube.com/watch?v=6OT5jkMohBw&feature=related
ResponderEliminarSiempre sospeché que esos trenes eran diabólicos.
ResponderEliminarMe gustó, "man"!
ResponderEliminarJose Martínez, gran link el que Ud. compartió
MI FAVORITO
ResponderEliminarme estremeci
me encantó!
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