lunes, 15 de enero de 2018

Cada vez que voy al teatro semi under popular.

Me agarra una sensación extraña. Empiezo por sentir que el tiempo se detuvo. No avanza el reloj. Afuera no sé si será de noche o de día.

En esa sala de teatro seguimos vivos, los espectadores y los actores, pero afuera, se extinguió la raza humana. Estamos encerrados, mientras me imagino que afuera de la sala (que es hermética) todo se inunda. Tiempo después me imagino que estamos bajo el agua, la sala quedó totalmente sumergida, el agua llega hasta la punta del obelisco. Y hay una bomba instalada. Si la obra frena, explota todo y se inunda la sala. Entonces hay dos opciones: una muerte rápida o una muerte lenta. La rápida es que si los actores dejan de actuar, vuela por los aires y además nos ahogamos. La lenta, es que se acabe el aire de la sala y entonces todos morimos asfixiados y de aburrimiento.

Me hace pensar en esta película Máxima velocidad, que si el colectivo baja de velocidad explota. Últimamente cada vez que voy al teatro mientras la obra se me hace infinita me siento así. Me olvido hace cuánto tiempo empezó, y me siento preso, sintiendo que jamás va a terminar, y que sigue y sigue hasta que se acabe el aire, y los actores actúan como le pone onda a la vida un empleado del Santander Rio (lejos el peor banco de todos los tiempos).

Cuando siento que ya pasó una semana de estar sentado ahí en la butaca, oh Dios Gracias, se terminó este martirio de obra. Ahora, por qué salen a saludar 3 veces? No fue tan buena che. Posta, creo que nadie entendió nada. Piensenló. Qué es lo que tenían para contar que sale tan cara la entrada y que cuando lo cuentan ni siquiera se lo creen?

Un actor no puede levantar un mal guión y puede matar a uno bueno.

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Nada mejor que salir de ahí y comer bien y tomar bien.

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