martes, 20 de abril de 2010

Comienzo de una historia sin elaborar.

Mi papá me decía -Están los judíos que te cagaron, y los que te van a cagar. No hay de otro tipo.- Cuando alguien intentaba hacerle una mala jugada, el decía -Ese debe ser judío.-

De todas formas, siempre fueron los escritores o directores judíos los que más sobornaban mi atención. Como Carver, Auster, Kafka, Miller, Woody Allen o los hermanos Coen. Así que nunca tuve nada contra ellos, aunque sí conocí algunos que me cagaron y otros que me quisieron cagar, pero creo que fue siempre el mismo: mi jefe. Que es muy judío. Pero también tuve jefes de otras religiones, y bastante parecidos, por lo que decidí que la religión me importaba muy poco. Pero pensando mejor y mientras escribo, creo que los que son muy Algo, son todos iguales, tengan la religión que tengan, o sean del partido que sean. En el final, son lo mismo.

Lo que voy a contarles nada tiene que ver con esto, pero siempre sentí que las personas que mejor caen de entrada, son los que en una reunión de desconocidos, arrancan contando algo entretenido y de llegar a hablar del clima o de cierto recorrido de calles, lo harían con igual entretenimiento y distinción.

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