miércoles, 5 de agosto de 2015

Café, Etta James, Bukowski. Teoría de por què tener vasos.

Contáselo todo al policía que lee Bukowski: Estaba solo en mi casa tomando Campari y me golpean la puerta, la entreabro porque no estaba bien vestido para nada. Era mi vecina, con dos amigas. No lo podía creer. Yo estaba sumergido en mi agonía, en mi soledad que nunca me llevó a ningún lado, en mi aburrimiento, parecía una terminal vieja de mi mismo, donde ya no para nadie. (Mientras el policía que lee Bukowski lo miraba con cara de Flaco despertarte, decide que te las comiste o te mato). Cómo? Por qué no las dejé pasar? Porque recién volvía de la lavandería, mi casa era un desastre, además no tengo tantos vasos. (El poli Buko empezó a arrancar las letras de la máquina de escribir y se las tiró como perdigones. Bukowski se hubiese cojido a las 3, sobre el desorden). Corten, corten un segundo, lo que acá los protagonistas tratan de expresar, es que cuando más ocultás, más te perdés. UF, siempre hay que terminar explicando las obras en este teatro. '''''------''00000987877Mientras tanto en otro lado, entró un tipo al bar, grande, grande de mayor, encima alto, con una chica... diminuta. Espero que sea su hija..... noooooooooo, oh no, el horror, se están tocando. Ella es tan mini! Pero qué viejos verdes vinagres. Seguro la tiene que llevar sentadita atrás en el asientito para bebés, o para gente diminuta, por si lo para la policía. Espero que no se la olvide en el bolsillo cuando lleve a lavar sus pantalones. Los lleva a lavar porque siempre le agarra olor a vinagre.

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