sábado, 17 de octubre de 2009

La ruptura sorpresiva de la costra que se genera en las relaciones que comparten más tiempo que momentos.

Diálogo en un patio. Clara planta unas flores.

No sé qué quiero hacer.
Ahora? En un rato cenamos.
De mi vida Clara.
No estás un poco grande para pensar en eso? Mirá, sé que no hablamos nunca de cosas importantes, ni pretendés nada de mí, ni me hacés el amor como antes..., ni compartimos nada como antes. Pero te quiero, y si de algo te sirve, dejame decirte lo que pienso. Gus, mi amor, todo lo que hacemos, es en busca de una emoción que valga la pena.

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