Ella me retaba por teléfono. Podía escuchar a mi hermana decirle Basta mamá, ya está, no le grites, ya entendió. Hablaba bajito, pero nadie se escucha más que quien no quiere dejarse escuchar.
Mientras todo eso pasaba, había también otro interlocutor, ubicado adentro de mi cabeza que me hablaba y hablaba y no me dejaba escucharme. Insistía en por qué siempre me confundo en lo que respecta a ella y no en ningún otro ámbito, donde ella no me ve, ni está omnipresente para decirme cuán bien o cuán mal estoy haciendo las cosas. Esas nunca las ve. Pero no puedo dejar de equivocarme a su lado y tropezarme constantemete con todas las cosas que ya sé y siempre hago mal.
http://www.youtube.com/watch?v=E10K73GvCKU&feature=fvw
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