miércoles, 10 de junio de 2009

Así podría ser el proceso de enamoramiento de los necrofílicos.

A veces cuando estoy aburrido en algún transporte público, intento imaginar cómo sería la cara de muerta, de cada una de las mujeres que me rodean. Pienso en la expresión que tendrían cuando estén a cajón abierto en su velatorio. A las que consigo imaginarlas, me acerco a hablarles.


pd. Para bajar el morbo, escuchen el disco Seeing Things, de Jakob Dylan, el hijo de Bob Dylan, y cantante de los Wallflowers. Martini rosso. Hielo, y media rodajita de naranja.

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