Dos tipos charlando en un Valenti, comiendo jamón crudo. Me pareció escuchar a uno decirle al otro que tenían que cuidarse la salud. Y el otro, con su espadita de picada clavada en el jamón entregado le dijo:
Perá, perá, perá (esperá, esperá, esperá), ¿Vos para qué viniste al mundo?
Después hice mi pedido. Creo que hablaban de que la vida era un buen jamón crudo. Y creo que tienen razón, si bien algún otro más rebuscado pensaría que es salvar al universo o algo que no quepa entre manos.
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