jueves, 2 de septiembre de 2010

Truth Cola para diluir.

Los mejores días son los que pensás que tenés algo claro. Que hay algo en el universo que sabés.
En esos días que empiezan como mejores días, suele pasar un sodero que te tira un chorro de soda directo al tímpano, tan fuerte y preciso que te lava el cerebro y te hace dar cuenta, otra vez, que no sabés nada, absolutamente nada, y que todo lo que creías era mentira.

Esto hasta un nuevo mejor día en el que creas en otra cosa que sea tan pero tan fuerte esta vez, que ni 15 sifonazos juntos de los soderos más precisos y fornidos puedan borrarlo.

Igual después de una decepción, con ver a un sodero, incluso desarmado, basta para borrar la nueva creencia. Algo así como el que se quema con leche ve una vaca y llora.

Siento que ir al psicólogo hoy en día es como saber que está nublado afuera, y subir a la terraza para confirmarlo.
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¿Por qué un sodero?
Porque no te da maldad un sodero. Al igual que lo que creés, te parece bueno.
El sodero sería lo que creés y viene a decirte que no lo creas más.

DECICIONES. Rubén Blades.
Qué mierda es lo que quiero hacer Ruben. Qué! Decímelo! Decímelo por favor!

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