Mirá a esa, parece vomitada por una vidriera. Camina soberbia con su enorme culo de hija sobreprotegida por la pasarela del colectivo. Huele a restoran de Cañitas. Puedo sentir buenos pisos debajo de su suela limpia. Alfombras mullidas y maderas ruidosas.
Me pasó hace poco algo parecido con una chica de la facultad. Descubrí que de tanto en tanto me meto la lucha contra los prejuicios en el culo.
ResponderEliminarUna vez leí en una revista que una mina optaba por ponerse el celular en uno de sus bolsillos traseros para disimular su falta de curva.
ResponderEliminarBuenísimo éste, chabón.
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