Caminando por un cementerio en una isla, me encontré con tumbas de hace más de 200 años. Algunas aparentaban buen aspecto, y tenían flores casi nuevas. Otras tumbas tenía flores artificiales, que conservaban su forma y color.
Hubo una tumba en especial que fue la que más me llamó la atención, porque las flores que tenía sobre ella, estaban podridas y por demás marchitas y habían dejado marcas sobre la losa.
Las flores podridas eran artificiales.
viernes, 21 de agosto de 2009
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Leer ésto a las 3.49 am me descoloca un poco; dejame decirte que en cierto punto hasta me conmueve.
ResponderEliminar"Las flores podridas eran artificiales"
Estas son las alegorías que me gustan, cotidianas y terminantes.
Hacés que me vaya a la cama con un solo de Keith Moon enterrado en la cabeza. Pegaba fuerte el loquito.