lunes, 17 de agosto de 2009

Shock Menester. Final.

Escuchando Mother de Pink Floyd, viendo un cielo oscuro, entré forzado en un sueño despierto. Estaba en la playa de una isla en el medio del océano. Irreconocible, y sin nadie por ningún lado. Parecía solo desde hace mucho tiempo.

Era en ese momento del día en que podría ser tanto de atardecer como amanecer.
Completamente solo, y justo antes de que empiece el solo de guitarra, vi venir a alguien a lo lejos caminando por la costa. Traía un jean claro arremangado por debajo de las rodillas, y una musculosa blanca. Vi que se parecía a mí, y cuando se acercó más, se sentó cruzado de piernas, a medio metro mio.

Era yo pero más viejo. Como 20 o 30 años más que yo en ese momento. Pero era yo. Me miró, y con una sonrisa de buenos dientes, me dijo pausadamente: Está todo bien. Apoyó su mano en mi brazo y volvió a sonreír. Se paró y siguió la dirección que traía.

Esos tipos no pueden haber hecho un tema tan bueno.

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